SLEEVE
GÁSTRICO

Pérdida de peso inmediata y asegurada

Pérdida de apetito

Técnica laparoscópica poco invasiva

Rápida recuperación


​La manga gástrica, también conocida como gastrectomía vertical o sleeve gastrectomy, es una técnica restrictiva de cirugía bariátrica que consiste en extraer aproximadamente el 80% del volumen del estómago.

​Se deja un estomágo en forma de tubo que representa aproximadamente unos 150-200cc de capacidad.

Esta limitación en la capacidad del estómago hace que el paciente coma menos y se harte más rápidamente.

Actualmente se considera una de las mejores opciones para tratar la obesidad mórbida, ya que controla el apetito y la saciedad, consigue una gran pérdida de peso y permite al paciente cambiar sus hábitos fácilmente.

LA INTERVENCIÓN DEL TRATAMIENTO DE SLEEVE GÁSTRICO

Las indicaciones médicas son las mismas que en otros procedimientos de cirugía bariátrica como el bypass . Habitualmente, se considera que un paciente con un Índice de Masa Corporal superior a 35 es candidato a esta cirugía, aunque se deben valorar otros factores.

Después de un estudio multidisciplinar e individualizado para medir el grado de obesidad, su estado de salud, los factores de riesgo, sus hábitos, su salud psicológica y su situación personal, se establecerá el plan terapéutico.

Habitualmente, la manga gástrica se realiza por vía laparoscópica a través de cinco pequeñas incisiones y sin necesidad de abrir al paciente.

​Durante la intervención, el cirujano general corta y sutura el estómago para estrecharlo verticalmente y reducir entre un 60% y un 80% su capacidad, convirtiéndolo en un tubo gástrico delgado. De ese modo, el paciente se saciará más rápido y comerá menos, en algunos casos, hasta un 90% menos.

Se trata de un procedimiento permanente y no se puede revertir.

Como en todas las intervenciones de cirugía bariátrica existen riesgos y complicaciones asociadas: hemorragias, infecciones, embolia pulmonar o fallos de sutura, lo que ocurre en un 3-5% de los casos.

Es una intervención compleja por las características de los pacientes obesos, ya que su tamaño dificulta la movilidad y habitualmente son pacientes de riesgo.

Por eso es importante que se realice por profesionales cualificados, con una larga experiencia, y en instalaciones adaptadas y preparadas para este tipo de cirugía.

Elegir un centro de primer rango garantizará el éxito de la intervención y minimizará los posibles riesgos asociados.

La clave de la cirugía bariátrica es la cooperación del paciente. Si sigue las instrucciones y recomendaciones del especialista el resultado será un éxito.

Durante el primer año el paciente estará tutelado por su especialista y deberá seguir controles periódicos, que irán disminuyendo progresivamente.

Al cabo de un año o año y medio el peso del paciente se considera que será el definitivo, aunque seguirá realizando controles durante, al menos, 5 años.

POSTOPERATORIO TRAS EL TRATAMIENTO DE SLEEVE GÁSTRICO

Cada paciente evoluciona de manera distinta aunque, habitualmente, los pacientes están ingresados un máximo de 3 días y pueden reincorporarse a su vida laboral al cabo de dos semanas.

El paciente podrá ingerir líquidos al día siguiente de la intervención e irá incorporando alimentos progresivamente. Aun así, hasta los 3 o 4 meses posteriores el paciente no comerá normalmente, siguiendo una dieta controlada por el especialista. Todo ello viene facilitado por el hecho de que los pacientes de cirugía bariátrica pierden espectacularmente el apetito después de la operación.

Para la actividad física, se recomienda una incorporación suave y progresiva. Normalmente, el paciente empieza a practicar deporte controlado al cabo de 3 o 4 meses. En algunos casos, los pacientes quieren acelerar el proceso y hacerlo todo a la vez, pero se recomienda seguir los pasos poco a poco y siguiendo las recomendaciones del especialista.

​La pérdida de peso es más rápida durante los primeros seis meses, reduciendo entre el 60 y el 70% del peso total a perder.

La principal ventaja es la calidad de vida del paciente. Al ser una técnica únicamente restrictiva, es decir, que solo reduce el tamaño del estómago, se limita la ingesta de comida sin alterar la absorción de los nutrientes. En otras técnicas, como las malabsortivas o el by-pass, se altera el intestino para dificultar la absorción de grasas y azúcares, lo que repercute en la absorción de nutrientes básicos como el hierro, el calcio o algunas vitaminas.

Tampoco provoca otros efectos adversos propios del bypass, como diarrea o Síndrome de dumping, que, a menudo, condicionan la calidad de vida del paciente.

​Al realizarse por vía laparoscópica, una técnica poco invasiva, se minimizan las complicaciones, se reduce la estancia hospitalaria y se acelera la recuperación del paciente.

Tras un mes de la operación, el paciente ya notará los efectos en su salud y se controlarán la diabetes y la apnea del sueño, dos de las principales patologías asociadas a la obesidad mórbida. En la mayoría de los casos, el paciente dejará la insulina, dormirá mejor y no roncará, algo esencial en su calidad de vida.

La pérdida de peso es más rápida durante los primeros seis meses, reduciendo entre el 60 y el 70% del peso total a perder. El paciente ganará movilidad, encontrará ropa con más facilidad y, en consecuencia, incrementará su autoestima. Al cabo de un año, el paciente se sentirá mucho más ligero y podrá practicar deporte con agilidad.

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