Conseguir realizar la última comida del día de forma ligera, original y variada es la clave para perder peso y ayudar a mantenernos en un peso equilibrado.
Las cenas deben ser ligeras, con una rutina horaria (lo aconsejable es cenar temprano), dedicándole tiempo, siempre sentado y relajado. Debe incluir alimentos de fácil digestión, que sean saciantes y poco calóricos, pero nutritivos. Además debemos evitar los platos precocinados y sustituirlos por cocciones sencillas, combinando bien los alimentos y masticándolos lentamente.
Es importante recordar que debemos cenar si o si. Una cena ligera, baja en calorías, pero rica en nutrientes sería la opción más saludable.
Por último destacar que en una cena perfecta no puede faltar: una ración de fibra (vegetal o fruta) + una ración de proteína (animal o vegetal) + una ración de hidratos de carbono escasa (opcional).